martes, 21 de agosto de 2007

Recuerdos de "Días después..."

El comentario de Gabriel en "Una pesadilla de Borges" me da pie para compartir una anécdota de algo que viví hace unos años.

Estaba componiendo la obra "Días después..." que, de alguna manera tiene como tema la violencia, haciendo una evocación muy real de los desaparecidos. El asunto es que un momento quería incluir sonidos de disparos, de explosiones. Me costaba mucho encontrar un material que me convenza, ya que buscaba algo que sonara real sin recurrir, por supuesto, a librerias de sonidos. Hasta que se me ocurrió (recuerdo de lecturas de libros de acústica) hacer estallar unos petardos en un lugar que suenen "bien". Y recurrí a un amigo, al que le estoy eteeeeernamente agradecido, que consiguió permiso para que lo hiciéramos en una Iglesia.

Fue muy divertido. Cuando estallaban los petardos daban ganas de salir corriendo, en vez de quedarse agarrando el micrófono...y por supuesto empezamos a probar como sonaba todo lo que encontrábamos por ahí, además de los petardos.

Al insertar esos sonidos en la obra, no podía evitar acordarme de esa tarde y me seguía resultando muy cómico. Sin embargo...es la sección más dramática de la obra. Quizás por ser la más referencial, la que más recurre a una sonoridad fácilmente identificable, pero lo cierto es que resultó ser el momento en donde toda la tensión de la obra se intensifica en un punto máximo.

Cuando empecé a hablar de "El paso del Viento" me iba a referir también a esta diferencia entre lo que uno empieza a concebir, lo que uno va haciendo, lo que termina haciendo y, lo que es impredecible y fascinante, como lo reciben los demás.