sábado, 14 de febrero de 2009

Queremos tanto a Julio

Si, si...se que este título ya fue inventado y utilizado muchas veces. Pero lo adopto porque de alguna manera es lo que siento en estos días en que tanto se lo recuerda.

Yo lo recuerdo, creo que a diario. No sé porqué pero desde mi adolescencia, sentí una identificación muy fuerte con su escritura, con sus personajes, con ese distanciamiento que se produce en lo cotidiano para entrar a un mundo casi irreal y que está tan presente en sus cuentos y en sus novelas. También recuerdo muy bien como me pegó el día de su muerte, allá por el año 1982, así com también cuando tuve el privilegio de verlo y escucharlo hablar. Fue en 1978 en Madrid. Desde hacía tiempo que el venía denunciando las violaciones a los derechos humanos en la Argentina. No nos olvidemos que habá muchos que se resistían a creerlo y otros tantos que directamente lo ignoraban. En ese momento Julio se puso a hablar de las palabras, y se detuvo muy especialmente en el bastardeo o manoseo que se las somete de tanto utilizarlas, de tanto sacarlas fuera de su contexto. Y lo hacía refiriendose al lema "los argentinos sosmo derechos y humanos" que utilizaba la dictadura como nefasta propaganda (¿cual era el nombre del publicista?), para contrarrestar la "mala imagen" que le estaba dando gente como Cortazar, y muchos más, en el exterior. Lamentablemente no recuerdo mucho más de esa charla, era un poco chico.

Lo que si llevo en mi es su imagen, su grandeza -en todo sentido- y muchos de sus libros que son compañia inseparable, amigos entrñables con lo que cada tanto me reencuentro.

Aquí van tres videos que encontré. Son distintos momentos de una misma entrevista que le hizo la Radio Televisión de España en 1977. En uno habla de sus cronopios, en otro de "El libro de Manuel" y en el último de "Rayuela". Y se ve que el periodista es muy inteligente: no lo bombardea a preguntas y lo deja hablar.

Que los difrutes.