miércoles, 27 de agosto de 2008

The Voder

No es el nombre de una banda. Se trata del antepasado directo del Vocoder. Por las dudas aclaro que el Vocoder es una especie de sintetizador de voz. La analiza y, mediante diferentes procedimientos, genera una voz artificial.

El Voder parece ser uno de los primeros intentos de sintetizar la voz humana. Lo hacía de la siguiente por medio de dos generadores de sonido: un tono generado por una válvula de radio para producir las vocales y una banda de ruido generado por un tubo de gas para producir los sonidos de algunas consonantes. Y esto se pasaba por una serie de filtros y un amplificador que mezclaba ambas señales.

Lo querés más claro? Mirá estas imágenes de 1939 en New York.



Más detalles en este link.

viernes, 15 de agosto de 2008

Dennis Miller

Dennis Miller es un compositor norteamericano que desde hace unos diez años empezó a incursionar en la animación y a realizar sus propios audiovisuales, encargándose el mismo de la composición de la imagen, de la animación y, por supuesto, de la música.

Aquí en la Argentina, programamos sus obras más de una vez en el Festival Sonoimágenes, que fueron siempre muy bien recibidas. Tratamos, sin éxito, que venga por estas latitudes para contarnos un poco sobre su trabajo, pero lamentablemente hasta ahora no fue posible.

Esta es su página por si querés conocer un poco más sobre él.

Para aquellos que no lo pudieron ver en su momento, aquí va "Second Thoughts"

martes, 12 de agosto de 2008

Imágenes del Estudio de Fonología Musical de la RAI

El Estudio de Fonología Musical de la RAI fue fundado en la Ciudad de Milán, Italia, en 1955 por Luciano Berio y Bruno Maderna. Allí se compusieron muchas de las primeras obras de este tipo como el "Hommagio a Joyce" y "Visage" de Berio o "La rire" e "Invenzione su una voce" de Maderna.

En estas emocionantes imágenes podemos ver el equipamiento, lo mejor de la época, y al técnico y compositor asistente Marino Zuccheri que nos lo muestra, aunque lamentablemente sólo "un poquito".

En el tercero de estos videos se puede ver a Luciano Berio. Dicen que la voz que se escucha en esta última parte también es de él. Pero... quien sabe.


Creo que no es necesaria una traducción. Ya me dirán.





martes, 5 de agosto de 2008

Preparativos

Estoy comenzando los preparativos para la edición de un disco con algunas de mis obras electroacústicas, que se va a llamar "Entre sueños". Si todo sale bien, va estar listo durante el mes de Septiembre. Ya avisaré.

Por lo pronto estoy trabajando en el diseño del mismo junto a Francisco Baggiani, un joven y muy talentoso pintor, dibujante y diseñador. Aquí lo podés conocer.

sábado, 2 de agosto de 2008

Sandor Marai

Sé que nunca me he preparado para un «gran libro» en el que «contarlo todo»: el escritor sabe que nunca será capaz de «contarlo todo», y sólo se proponen escribir un «gran libro» los escribanos situados al margen de toda literatura. Más bien creía que, entre tantos escritos superfluos cuya autoría sólo era capaz de asumir con remordimientos, escritos ocasionales y sin embargo inevitables, un día tendría la ocasión de decir, en una frase o en un párrafo, lo que nadie podía decir por mí. Pensaba que tal vez el mensaje no sería ni muy inteligente ni muy original ni muy divertido, quizá se presentaría en forma de tópico, porque en la vida como en la literatura los mensajes importantes, las palabras y las frases que expresan algo de forma contundente, que expresan a alguien con todo su ser, suelen ser muy sencillos. A veces imaginaba que todo lo que escribía era un prólogo o un pretexto, que lo que quería en realidad era describir o dibujar a una sola persona, y me daba cuenta de que esa persona ya estaba viva, de que yo ya sabía incluso cómo se llamaba, de que la conocía y conversaba con ella... Se trataba de una mujer madura situada en el centro de una comunidad humana, una mujer ni especialmente inteligente ni especialmente buena, pero que conocía un gran secreto, tal vez el «secreto» de la vida, y aunque no era capaz de ponerlo en palabras, le aseguraba equilibrio y armonía... Cuando escribía, pretendía descubrir los secretos de aquella mujer desconocida, más real que cualquier realidad. ¿Constituye eso un «programa» literario? Claro que no. En ocasiones me sorprendía el despilfarro que hacía, los miles de senderos y caminos ocultos que recorría, los cientos de islas construidas de recuerdos que atravesaba intentando llegar hasta ella, pero ella se escondía en el centro mismo de la vida y yo no podía saber quién era, si vivía en algún lugar, si la había conocido alguna vez. Quizá fuese la madre, esa otra madre eterna y esquiva que yo siempre he querido encontrar, no lo sé. Pero estaba seguro de que con cada frase, con cada libro y con cada género iba avanzando hacia ella, como si ella fuese capaz de darme una respuesta. Pasaban años, años de trabajo, resignación y experimentos, sin que pudiese distinguir apenas el rostro de esa figura femenina, sin que pudiese oír su voz, y de repente la veía de nuevo con toda nitidez. Entonces me parecía que todos mis trabajos no habían sido más que una excusa para encontrarla.

Sandor Marai - Confesiones de un burgués