jueves, 31 de enero de 2008

La inspiración - García Marquez

Yo no concibo (la inspiración) como un estado de gracia ni como un soplo divino, sino como una reconciliación con el tema a fuerza de tenacidad y dominio. Cuando se quiere escribir algo, se establece una especie de tensión recíproca entre uno y el tema, de modo que uno le atiza al tema y el tema le atiza a uno.

Hay un momento en que todos los obstáculos se derrumban, todos los conflictos se apartan, y a uno se le ocurren cosas que no había soñado, y entonces no hay en la vida nada mejor que escribir.

Eso es lo que yo llamaría inspiración.

Gabriel García Marquez (Gabo) - El olor de la Guayaba

martes, 29 de enero de 2008

Forma y contenido

Ando leyendo el libro “Critica de la estética idealista” de Peter Burger. Si bien con la estética tengo una relación de amor-odio, en este momento estoy pasando por un vínculo no tan extremo, y me puse a leer el libro con cierto interés. El libro analiza las categorías de la estética idealista, es decir las del Siglo XIX en el centro de Europa.

Uno de los primeros párrafos que me sorprendió, es aquel que dice que para la estética idealista la obra de arte lograda es aquella en donde coinciden forma y contenido. O, para ser más claro, aquella donde hay una “unidad adecuada de contenido y forma”. La sorpresa me vino por recordar ese famoso postulado, y darme cuenta, como lo dice Burger, que pese a las experiencias del arte moderno y de vanguardia ese postulado sigue teniendo una gran vigencia. Más aún: muchas posiciones artísticas, supuestamente de vanguardia, adoptaron ese postulado como propio. Es el caso del serialismo por ejemplo, con sus extensiones y derivaciones a cierta música electroacústica.

Por supuesto que si un pensamiento, una idea, un procedimiento, perdura tanto en el tiempo puede querer decir que “algo bueno tiene”. Lo que me llama la atención es cierto uso acrítico de determinados conceptos, y, actitud derivada de esta falta de crítica, la poca búsqueda de nuevos conceptos. Y en algunos casos, especialmente en la música, esto puede llevar a producir un tipo de arte no muy saludable auditivamente hablando.

Personalmente, y en vez de adoptar conceptos demasiado altisonantes, me siento mucho mas cerca de pensamientos como el de Coetzee, citado más abajo, sobre todo cuando dice ¿No sería màs exacto decir que jugueteo con una frase hasta que las palabras en la página “suenan” o “son” correctas y entonces dejo de juguetear y me digo “Eso debe ser lo que querías decir”?

Como dije más abajo para mi no es fácil determinar que es lo que hace que una obra sea buena. Pero voy a intentar dar vueltas sobre el tema, voy a "juguetear" con el tema, hasta encontrar algo.

Mientras tanto, y como siempre, se aceptan sugerencias, propuestas, ideas e invitaciones a tomar algo.


martes, 22 de enero de 2008

Un buen compositor

Hace poco, mientras hablaba con unos amigos sobre varios temas, entre ellos sobre música electroacústica, me preguntaron si X (un conocido en común) era un buen compositor. Como se trataba de alguien conocido por todos, en vez de contestarles directamente me detuve a pensar en que es lo que me estaban preguntando en realidad y que quiere decir eso de ser un buen compositor. Para no dar una respuesta rápida y tratar de fundamentar, un poco, mi opinión, empecé a dar algunas vueltas, tratando de ponerme un poco más allá de la pregunta en si.

Por lo pronto, creo que a la hora de dar una opinión sobre este tema hay que considerar, como mínimo tres puntos:

La obra en sí misma, pero no una obra en particular sino cierto número de obras. Una obra puede estar mas o menos bien hecha, pero nunca define o caracteriza a un compositor como tal. Además hay que tener en cuenta que, pese a cierto oficio y entrenamiento, es muy arriesgado juzgar una obra por una primera y única audición. Todos sabemos que esa especialidad solo la tienen los críticos (je, je...). Equivaldría a decir que conocemos a alguien por esa famosa primera impresión. Por otro lado hay que estar lo suficientemente dispuesto a no escuchar “lo que yo quiero oír” sino lo que “X me quiere decir”. Otro tema es que quiere decir que una obra sea buena. Si bien disfruto mucho una obra buena y creo reconocerla ni bien empiezo a escucharla, es muy complicado tratar de explicárselo a otro en una reunión informal. De eso quizás escriba algo más adelante.

Por otro lado esta la proyección en el medio local, nacional o internacional de esa obra. No estoy hablando de la trascendencia o del éxito, sino simplemente que sea conocida o apreciada por otros colegas, por gente cercana al medio, por público en general. Creo que este tipo de música no puede quedarse encerrada en un cd o un soporte cualquiera sino que debe salir al encuentro con el/los otros. Y más aún si es música compuesta, hecha, en este particular lado del mundo.

Y también está su persona: es alguien que genera espacios-proyectos-iniciativas, que promueve la actividad, siendo generoso con sus colegas a la hora de compartir esos espacios o que solo piensa en sí mismo o, a lo sumo, en un grupo reducido de amigos.

Claro, después de estar dando vueltas a estos temas, me di cuenta que me había ido un poco por las ramas y la charla había derivado a otros temas, menos polémicos y mas divertidos.

Quizás tendría que haber recurrido a Strawinsky y, parafraseándolo, haberles dicho simplemente que “Un buen compositor no es aquel que imita, sino el que roba”

sábado, 19 de enero de 2008

Un párrafo - Coetzee

“Al final de una jornada de trabajo literario me encuentro con unas páginas a las que estoy acostumbrado a considerar lo que quería decir.

Pero ahora, con una mayor cautela, me pregunto: ¿Son estas palabras, impresas en papel, realmente lo que quería decir? ¿Es suficiente alguna vez, como explicación fenomenológica, decir que en algún profundo recoveco de mi ser sabía lo que quería decir, tras lo cual busqué los símbolos verbales adecuados y los combiné una y otra vez hasta lograr decir lo que quería?

¿No sería màs exacto decir que jugueteo con una frase hasta que las palabras en la página “suenan” o “son” correctas y entonces dejo de juguetear y me digo “Eso debe ser lo que querías decir”? En ese caso, ¿quién juzga lo que suena o no suena bien?¿Es necesariamente el yo (“yo”)?”

J. M. Coetzee – Sobre la lengua materna en “Diario de un mal año”

jueves, 17 de enero de 2008

Postales veraniegas

























































No es el Caribe, ni la Polinesia ni ningún lugar exótico ni lujoso.
Es una playa perdida por América del Sur.
Para despistar más... es cerca de Buenos Aires.
Se aceptan apuestas.