sábado, 19 de enero de 2008

Un párrafo - Coetzee

“Al final de una jornada de trabajo literario me encuentro con unas páginas a las que estoy acostumbrado a considerar lo que quería decir.

Pero ahora, con una mayor cautela, me pregunto: ¿Son estas palabras, impresas en papel, realmente lo que quería decir? ¿Es suficiente alguna vez, como explicación fenomenológica, decir que en algún profundo recoveco de mi ser sabía lo que quería decir, tras lo cual busqué los símbolos verbales adecuados y los combiné una y otra vez hasta lograr decir lo que quería?

¿No sería màs exacto decir que jugueteo con una frase hasta que las palabras en la página “suenan” o “son” correctas y entonces dejo de juguetear y me digo “Eso debe ser lo que querías decir”? En ese caso, ¿quién juzga lo que suena o no suena bien?¿Es necesariamente el yo (“yo”)?”

J. M. Coetzee – Sobre la lengua materna en “Diario de un mal año”