GS: Las nuevas posibilidades de la música electrónica lo trajeron de vuelta a la composición?
EV: Si, primero con Deserts en 1954, y después con el Poeme Electronique para el cual fueron irresistibles los recursos que me ofrecieron Le Corbusier y Philips--11 canales, 425 parlantes, todo relacionado a la acústica y la arquitectura del edificio. De todas formas no estoy muy impresionado por la mayoría de la música electrónica de hoy. No parece hacer pleno uso de las posibilidades únicas del medio, especialmente aquellas cuestiones que tienen que ver con el espacio y la proyección, que son las que siempre me han interesado. Me fascina el hecho de que con los medio electrónicos uno pueda generar un sonido instantáneamente. En un instrumento tocado por un ser humano, tenés que imporner un pensamiento musical por medio de la notación, y después, generalmente mucho más tarde, el intérprete se tiene que preparar en varios sentidos para producir lo que - uno espera - emerja como ese sonido. Esto es tan indirecto comparado con los medios electrónicos, donde podés generar algo "vivo" que puede aparecer o desaparecer instantánea e impredeciblemente. Consecuentemente, no estás programando algo musical, algo para ser hecho, sino que lo estás usando directamente, lo que le da una dimensión enteramente diferente al espacio y a la proyección musical. Por ejemplo, en el uso de un oscilador, la cuestion no es trabajar contra él o domesticarlo, sino directamente usarlo, por supuesto, sin dejar que te use. Lo mismo ocurre con la mezcla o el filtrado. Para mi, trabajar con música electrónica es como componer con sonidos vivos, por más que pueda sonar paradójico.
GS: Entonces su posición pareciera ser directamente la opuesta a la de Milton Babbitt?
E V: Respeto y admiro a Babbitt, pero es cierto que el representa una visión de la música electrónica completamente diferente de la mia. Me parece que él quiere ejercer un control máximo sobre ciertos materiales como si él estuviera por encima de ellos. Pero yo quiero estar en el material, ser parte de las vibraciones acústicas, para decirlo de alguna forma. Babbitt compone primero su material y después se lo da al sintetizador, mientras que yo quiero generar algo directamente por medios electrónicos. En otras palabras, yo pienso en el espacio musical como abierto más que como algo limitado, y esa es la razón por la que hablo de proyección en el sentido de querer simplemente proyectar un sonido, un pensamiento musical, iniciarlo, y dejarlo seguir su propio curso. No quiero un control a priori de ningún aspecto.
Conversación de Gunther Schuller con Edgar Varèse. Publicada en "Perspectives of New Music" Nº 2 - 1965