lunes, 28 de junio de 2010

Witold Gombrowicz

Nada en el arte, ni siquiera los más inspirados misterios de la música, puede igualar al sueño. La perfección artística del sueño! Cuántas lecciones nos ofrece este maestro nocturno a los diurnos fabricantes de sueños, los artistas. En el sueño todo está preñado de terribles e impenetrables significaciones, nada es indiferente, todo nos toca más profunda, más íntimamente que la más encendida de las pasiones diurnas... ahí la lección por la que el artista no puede limitarse al día, tiene que penetrar a la vida nocturna de la humanidad y buscar sus mitos, sus símbolos.

También: el sueño destruye la realidad cotidiana del día, extrae de ella ciertos trozos, extraños fragmentos y los dispone absurdamente en un dibujo arbitrario... pero para nosotros ese sin sentido es precisamente el sentido más profundo, preguntamos en nombre de qué se nos destruyó el sentido normal; contemplamos el absurdo como si fuera un jeroglífico e intentamos descifrar su razón, que sabemos existe...El arte puede entonces también, y debe, destruir la realidad, descomponerla en elementos, construir con ella nuevos absurdos...en esa arbitrariedad se oculta una ley, el asalto a la razón tiene una razón; la locura, al destruirnos la razón exterior, nos introduce en nuestra razón interior.

Witold gombrowicz - Diario argentino