Marzo es un mes muy especial para los argentinos. No solamente porque uno tiene la sensación de que es el mes en que el año "empieza de verdad", sino porque es imposible no poner la vista, la piel, la sangre, en esa fecha terrible que empieza a asomar en el calendario. Hablo, por supuesto, del 24 de Marzo, quizás el más nefasto aniversario que tenemos en nuestra historia. Además esta vez se cumplen 35 años, de aquel todavía cercano 1976, lo cual le suma el plus que tienen los aniversarios que terminan en cero o en cinco.
Dentro de todos los pronunciamientos, actos, homenajes y conmemoraciones que va a haber, hay uno que me resulta especialmente cercano que es el Encuentro "Nuevas Músicas por la Memoria" motorizado y organizado por los incansables Jorge Sad, Claudio Alsuyet, Nora García y Ana Foutel. El breve manifiesto, consensuado entre todos lo que participamos, dice así:
"Nuevas Músicas por la Memoria es un encuentro musical que se llevará a cabo entre el 9 y el 12 de marzo en el Espacio Cultural Nuestros Hijos (EcuNHi) en el que mas de 50 músicos, entre compositores e instrumentistas del campo de la música contemporánea y experimental de todo el país, presentarán sus obras bajo el lema del repudio a la dictadura y por la memoria, actualizando así una problemática escondida en nombre de la supuesta abstracción, y "pureza" del hecho musical. NMXLM es también, un espacio de apoyo al proceso de cambio que se gesta en nuestro país y en toda Latinoamérica. Creemos que el arte y en especial la música, no debe quedar afuera."
Claro y conciso. Un buen punto de partida para charlar miles de cosas, para intentar acerca posiciones en este ámbito tan plagado de egos y de internas inentendibles.
Por las dudas, te cuento que el Espacio Cultural Nuestro Hijos es uno de los Centros Culturales que trabaja activamente en donde antes estaba radicada la ESMA (Escuela Superior de Mecánica de la Armada) y que fue uno de los tantos Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio.
Caminar por ese predio estremece, es cierto. Pero no es menos cierto que uno puede ahora caminar y generar encuentros, ámbitos de discusión o presenciar arte en donde era un dominio exclusivo de uniformados asesinos. Donde antes se glorificaba la muerte en sus más salvajes formas, hoy se celebra la vida. Estremece, pero que bueno que nos podamos estremecer.
Te esperamos. La programación completa la podés descargar desde
aquí.