sábado, 24 de marzo de 2007

24 de Marzo de 1976

Esta fecha significa mucho para todos los argentinos. Si alguien de otro país la lee, le podrá decir poco y nada, según cuan conectado esté con la Argentina y/o con argentinos. Pero para nosotros significa algo más, mucho más, que un aniversario cualquiera.

Recuerdo en este momento, aunque muy vagamente, las palabras de Adorno (creo que fue el quien las dijo...) acerca de que no se podía hacer arte después de Auschwitz. ¿Cómo pensar en la belleza o en un discurso atractivo después de semejante horror? Es comprensible esta duda angustiante para quien sufrió ese infierno de cerca. Y también es entendible pensar en dejar de lado las especulaciones abstractas para ocuparse de lo más cercano, para comprometerse en la lucha por la vida.

Borges escribió en un poema muy conocido, muy terrible:

Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida

no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.

Las cursivas las agrego yo.

El arte como opuesto a la vida. Y la vida devastada y ultrajada en un campo de concentración o en un "centro clandestino de detención" como se los conoce en esta región del mundo.

¿Que hacemos entonces los artistas después de Auschwitz, después de la Esma, de Campo de Mayo, de La Perla, de tantos otros que hubo en todo el país?

Y aquí es donde disiento con Borges y Adorno, dos grandes, casi diría dos queridos amigos. Creo que podemos hacer mucho desde el arte.

Hace un año, y para otra ocasión, escribí

"Palabras, textos, música, sonidos, imágenes ... son todos recursos con los que intentamos evocar, con los que intentamos retener y compartir de alguna manera, esos recuerdos que nuestra historia reciente ha dejado crudamente marcados en muchos de nosotros, apenas insinuados en otros y tratados de ignorar por unos pocos. Por supuesto que somos absolutamente conscientes de que cualquier intento de provocar alguna emoción por medio de una realización artística, dista mucho de sentir o revivir lo que se padeció en esos días. Dista mucho de sentir el terror, el verdadero terror que se apoderó de miles y miles de compatriotas a partir del 24 de Marzo de 1976.

El terror y la desesperación de los familiares, de los amigos, y también el terror, el dolor, el inimaginable dolor de los que ya no están. Porque si tan difícil es en nuestra vida cotidiana llevar adelante lo que postula ese famoso dicho de “ponerse en el lugar del otro”, mucho menos lo podemos hacer en estas situaciones extremas. Pero afortunadamente tenemos nuestra memoria y podemos, de una manera limitada, modesta, pero no por eso menos comprometida, comunicarla y tratar de transformarla en un hecho estético. Con la clara conciencia de que esa memoria tiene que exteriorizarse para sumar su granito de arena al “Nunca más”.

Aunque sea algo simple, modesto y limitado el hecho de intentar transformar la memoria en un hecho estético es ni más ni menos que apostar por la vida. Es seguir creyendo que podemos reponernos una y mil veces por más que nos golpeen, por más que nos arranquen nuestros seres queridos y nos hieran donde mas duele.

Porque la única forma de derrotar la muerte es creando. Creando desde nuestro lugar de artistas, desde nuestro lugar de padres, desde nuestro lugar de ciudadanos. Desde donde sea.

Por más que nos lleve tiempo, por más que nos cueste y mucho.

Seguir creando ... siempre.


Para mis hermanos Víctor y Rodolfo, cuyos sueños y alegrías fueron arrancados de nuestro hogar el 21/3/77. Siempre estan conmigo.