miércoles, 13 de junio de 2007

Paisajes sonoros

Acabo de hablar de paisajes sonoros, de soundscapes. Y lo hice porque tengo muy presente lo primero que me impactó al llegar a Poitiers, casi al anochecer: el canto de los pájaros. Un paisaje sonoro totalmente distinto al que “disfrutamos” los que vivimos en grandes ciudades, especialmente en Buenos Aires.

Por las dudas, aclaro que cuando hablamos de soundscape , como dice Barry Truax, hablamos del intento de documentar y presentar grabaciones de distintos entornos sonoros al oyente, con el fin de fomentar la toma de conciencia de sonidos frecuentemente ignorados, y a partir de ahí, promover la importancia del entorno sonoro en la vida de la comunidad.

Personalmente busco los paisajes sonoros a través del encuentro con ellos y no por medio de grabaciones. Es única la sensación de cerrar los ojos y escuchar a la orilla del mar o de un río, por ejemplo. ..

Y también, aunque por supuesto como fantasía, me gustaría saber como eran los paisajes sonoros de otras épocas, de otros momentos. ¿Cómo sonaría Buenos Aires a principio del Siglo XX? ¿La gente hablaría en voz más baja porque no haría falta gritar?

Borges nos da una pista en su libro “Fervor de Buenos Aires”, de 1923. Ahí habla, como mínimo en tres o cuatro poemas, del silencio: “el silencio del pájaro dormido” “el silencio que habita en los espejos” “el silencio en los zaguanes”

¿Podremos recuperar ese silencio o será algo más que el progreso se llevó para siempre de nuestro entorno?














Vista de Sauvigny, muy cerca de Poitiers.