sábado, 19 de mayo de 2007

Historia y transmisión oral

Mientras avanzo en una pequeña investigación que estoy realizando sobre la historia de la música electroacústica argentina, me surgió la siguiente pregunta ¿cómo llegó la electroacústica a nuestro país?
Veamos: la segunda mitad de la década del cincuenta es clave en los inicios de esta historia: Kagel compuso la primer obra electroacústica en 1953, la sonorización llamada “Música para la torre”, en 1958 Francisco Kropfl y Fausto Maranca fundan el Laboratorio de Fonología Musical y también en el mismo año se realiza el primer concierto, organizado por Tirso de Olazábal.
Y en ese momento, no se había editado ningún disco en Europa o Estados Unidos que contenga las obras electroacústicas que ya se estaban realizando. Por lo que...y repito la pregunta ¿cómo llegó hasta nosotros?
La respuesta tiene algún costado que me sorprendió: en primer lugar fue básicamente por transmisión oral: Francisco Kropfl se “carteaba” con compositores como Maderna, Boulez, Eimert y otros, con lo cual estaba al tanto de los diversos desarrollos teóricos, por medio de las cartas y por medio de los primeras publicaciones que le enviaban. Pero las obras concretamente se las mandaban desde el Laboratorio de Milán, con quien tenía una relación fluida. Eran envios que contenían las cintas, por supuesto. Y, un poco más tarde, en 1966 Enrique Belloc vuelve a la Argentina después de haber trabajado unos años con Schaeffer en París.
Ambos realizan una enorme labor de difusión fundamentalmente a través de sus clases y de sus obras.
Y por otro lado hay algo que me sorprendió más todavía: Radio Nacional tenía convenios con algunas radios europeas, entre ellas Radio Colonia de Alemania. Y todo concierto que se transmitía en esa radio, se retransmitía en Argentina en muy poco tiempo. Y así llegó, por Radio Nacional, a escucharse por primera vez los Estudios I y II de Stockhausen por ejemplo al poco tiempo de su primer difusión por Radio Colonia.
Por supuesto, cualquier dato extra que alguien quiera aportar, es bienvenido.
Y esto me remite a un tema del cual mucho se ha hablado, y que Fabián Beltramino resume muy bien en su trabajo “La relación del público con la música electroacústica”: la música electroacústica plantea un retorno a la cultura oral, ante la ausencia de partitura, ante el hecho de hacerse presente en el momento de “puesta en escena”. Y, puedo agregar ahora, también en sus orígenes, en el modo que llegó hasta nosotros.
De todo esto, y de algunas cosas más también, voy a hablar en el mes de Junio en París y en Julio en Bahía Blanca.