Memoria
Cuando empecé con este blog, hace un año aproximadamente, le inserté un contador de visitas sin pensar demasiado en ese momento los distintos usos y posibilidades que tiene. Entre otras cosas, por ejemplo, me informa el link, el sitio desde el cual se accede al blog.
Lo comento porque noté que en estos días hay gente que llega buscando en la web información relativa al 24 de Marzo de 1976. Publiqué una entrada sobre el tema hace un año aproximadamente. Pueden ser discursos, imágenes, canciones o lo que sea. Lo cierto es que durante el mes de Marzo detecté que empezó a haber una cierta actividad relativa al tema en Internet.
Es lógico, por supuesto. Sin embargo me produce algo de sorpresa porque los que vivimos esa época, aún siendo chicos, tenemos tan marcado en la memoria (marcado a fuego, a fuego lento) los recuerdos que nos parece inconcebible que alguien no conozca ciertos nombres, ciertos hechos. Si a eso le sumamos la desinformación, o su contracara la abundancia de información, la negación…es algo absolutamente normal que haya mucha gente que no sepa muchas cosas. Y es un hecho muy positivo que quieran saber.
Esto coincide con cierta necesidad que me surgió en estos últimos meses de agregar un tema más a los diferentes temas que charlamos en este blog. Una etiqueta tan simple como “memoria”. La idea sería algo así como una vez por mes agregar algo para esa memoria. Para refrescarla, para preservarla o para ensancharla.
Claro...me asaltaron todo tipo de dudas. “Este es un blog dedicado a temas como el sonido, la música, el arte, la tecnología...no metas esos otros temas” me dije más de una vez. Pero este un espacio que, creo, tiene determinada impronta personal. Y esa huella está profundamente marcada por esos hechos. Se puede ver en obras como “Días después...” que compuse en 1998 hasta en la estructura de mi propia personalidad seguramente condicionada por vivencias terribles .
Puede ocurrir que a alguien no lo guste. Estoy dispuesto a charlarlo y de asumir el riesgo de que eso ocurra. Inclusive si ese alguien después me da la espalda.
Dejemos un espacio a la memoria. No ocupa lugar. Sin ningún ánimo de regodearnos con lo macabro. Es una simple y muy modesta pretensión de aportar un granito de arena para impedir el olvido.