Ya que mencioné mas abajo la actividad registrada en Internet en estos días previos a un nuevo aniversario del golpe del 76, voy a hacer una pequeña crónica de los días previos a ese 24 de Marzo. Tomo como fuente principal la revista Cuestionario de Abril del 76 (fue clausurada en Julio del mismo año). Por supuesto hay una enorme cantidad de libros sobre el tema, entre los cuales recomiendo el primer capítulo de“El dictador” de María Seone y Vicente Muleiro.
Esta tiene el inconfundible sabor testimonial, considerando la censura vigente.
Lunes 22: Parece que la cosa es esta noche. Dicen que en los hospitales sólo quedan los enfermos graves. A los demás los mandaron a sus casas porque se van a necesitar las camas. La Tesorería del Congreso atiende pedidos de diputados y senadores que, por variados motivos, piden adelanto de sus dietas. Por la noche se ve salir del Congreso a varios radicales llevándose un busto de Hipólito Irigoyen.
Martes 23: Casi todos los diarios usan el adjetivo “inminente” en sus titulares. Inminentes cambios, inminente decisión. Inminente final.
Casildo Herreras, secretario general de la CGT – central única de trabajadores – llega a Montevideo. “¿Qué pasa en la Argentina?” le pregunta un periodista. “¡Ah, yo no sé nada! Yo me borré” Le responde el dirigente.
“De esta noche no pasa” dice todo el mundo en Buenos Aires. Las radios informan que el gobernador Victorio Calabró ha impartido a los intendentes bonaerenses orden de entregar sus municipios. A medianoche, se informa que Calabró entregó la provincia a un general.
Lorenzo Miguel, dirigente sindical de extracción metalúrgica, sale de la Casa Rosada a medianoche y le dice a los periodistas “Está todo bien muchachos. Todo es normal y no tengo noticias de movimientos de tropas. El gobierno no negocia ni hay ultimátum militar”
Después de las tres de la mañana, empiezan las marchas militares.
Miércoles 24. Las Fuerzas Armadas asumieron el poder. Todas las radios y todos los canales de televisión transmiten en cadena. Se anuncia que han derrocado a la presidente, clausurado el congreso, removido a los jueces de la Corte Suprema, cesanteado los gobiernos provinciales, suspendida toda actividad política y gremial y ampliado a civiles la aplicación del código militar.
El comunicado 23, firmado por los tres comandantes anuncia que “se ha exceptuado de la transmisión por cadena nacional de radio y televisión, la programación (...) del partido de fútbol entre las selecciones de Argentina y Polonia..
Al mediodía del 24 había una gran cantidad de porteños preocupados frente a los televisores de los distintos negocios...por el resultado del partido.
A las primeras horas de la tarde hay otro comunicado “Se recomienda a la población abstenerse de transitar por la vía pública durante las horas de la noche, a los efectos de mantener los niveles de seguridad necesarios, cooperando de este modo con el cumplimiento de las tareas que las fuerzas en operaciones intensificarán a partir de dicha oportunidad”
Por la noche todo parecía en calma.
La represión fue terrible durante los dos primeros años. Poco antes de fin de 1976 el diario La Opinión publicaba que ese año marcó la declinación definitiva de la subversión (que palabra...) en la Argentina. Pero faltaba más, mucho más.
En los días previos al primer aniversario del golpe, hubo en Capital Federal una impresionante caída de activistas universitarios. Caída que no tuvo contemplaciones y no diferenciaba entre los que participaban mas o menos, los que eran simples simpatizantes o familiares o lo que sea.
En esos días previos, fue la última vez que escuché dos voces muy queridas.